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El Valor de Conservar

EL VALOR DE CONSERVAR Generalmente, nuestros valores más altos se refieren no a objetos, sino al ámbito de lo intangible y por lo mismo, son invaluables. No obstante, al representar esos valores, con frecuencia utilizamos el recurso de la factura manual, o mecánica;Para ello contamos como aliada la sensibilidad artística. Una obra de arte puede representar una ideología, cristalizar un sentimiento o evocar un recuerdo. Así, la imagen de un santo, una fotografía, una carta o un objeto cualquiera que comparte nuestra cotidianeidad se vuelven depositarios de una serie de valores que nos refieren a otra época, a costumbres perdidas o a personas que no se encuentran ya entre nosotros y cuyo recuerdo se aviva al contemplar un simple objeto. Por ello, con frecuencia el valor, no se refiere solamente a lo económico sino a la importancia que tiene ese objeto en el ámbito personal. El ritual particular al que está enlazado le confiere un valor que supera lo monetario, precisamente porque se refiere a la parte intangible que lo relaciona con una herencia, o con una tradición personal o familiar, o en la costumbre de compartir el recuerdo alrededor de una ceremonia íntima, que puede estar ligada a un momento determinado.

Lo vertiginoso de la época en que vivimos, se combate a través de la repetición de actos sencillos que nos arraigan, desde los pequeños rituales personales, familiares, tribales, a aquellos otros que nos ligan a una ideología o a una religión, y que nos dan un sentido de identidad. Todos ellos tienen como custodios de ese valor inmaterial objetos con los cuales los relacionamos, aquellos que salvaguardamos y custodiamos para las siguientes generaciones.