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LA RELACIÓN DEL OBJETO CON SU HISTORIA

Aquello que consideramos una obra de arte, tiene siempre una función estética evidente, pero también la obra de arte es un objeto histórico que está en relación con su momento, que puede o no ser el actual, y que conserva siempre una concordancia con el contexto en que se produce, con la sociedad con la que convive, que lo utiliza, lo entiende lo disfruta y se relaciona con él.

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Óleo sobre tela S XVIII Restauración. Investigación iconográfica. Atribución de autor.

El restaurador puede asimismo percibir un objeto como un conjunto de códigos, en el que los elementos que lo conforman son signos con una carga simbólica legible, fácilmente detectable en las obras religiosas en las que la utilización de elementos ornamentales, accesorios o colores específicos en los ropajes de los personajes son determinantes en la identificación de los protagonistas en la escena. Para ello, la investigación iconográfica es una herramienta indispensable.

El principal papel del restaurador, consiste en recuperar todos estos valores, para restituir al objeto su capacidad de comunicar. Definir si se trata de un objeto utilitario, si tiene otra función además de expresar una intención estética, etc.

Cuando el objeto de arte se produjo como medio comunicativo de una idea o de una creencia, los elementos que lo componen son esenciales para la comprensión del mensaje intrínseco, cuando un elemento se modifica o hay un faltante grave, el mensaje se interrumpe, el diálogo entre la obra y el espectador se ve coartado. Es entonces que el trabajo del restaurador resulta indispensable para restituir la comunicación entre la pieza y el observador, de manera que sea legible por completo y nuestra relación con la obra pueda ser interactiva.   El restaurador inicia su trabajo con la investigación histórica para comprender en su totalidad la pieza a la que después debe reintegrar todos sus elementos, materiales y figurados. Si al hacer su aproximación no comprende enteramente al objeto a que se enfrenta, puede no intencionalmente hacer modificaciones que perjudicarán la lectura del la obra posteriormente.

Es por ello que el respeto absoluto a la obra de arte es una filosofía indispensable para la práctica del trabajo de restauración. Delimitar la intervención a lo estrictamente indispensable para la conservación de la obra, asegura la integridad de la pieza  y permite su preservación en el tiempo para que generaciones posteriores puedan comprender el bagaje cultural que conllevan todos y cada uno de los objetos que llegan a nosotros desde el pasado.

Y cuando la historia y la literatura agotan sus posibilidades de ofrecernos explicaciones suficientes, la ciencia y la tecnología actúan como un recurso casi infalible en la detección de elementos físicos y químicos inasequibles a la reflexión. MCO