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EL RESTAURADOR

El restaurador es un agente intermedio entre el artista y el espectador, que además de cumplir con su función principal de prevenir el daño y asegurar la vida de la obra en su estado más cercano al original, mediante su trabajo facilita la comprensión y la buena apreciación de la obra. Con un entrenamiento específico y un respeto absoluto de los lineamientos y restricciones sobre sus acciones sobre la obra de arte, el restaurador utiliza todo su conocimiento sobre técnicas y materiales para restituir la totalidad de la obra. En ocasiones debe hacer un trabajo de investigación para situar la pieza en su contexto ya que comprenderla es el primer paso para lograr una aproximación correcta. Es muy obvio que una parte estructural se debe reponer para restablecer la estabilidad a la obra.

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Restitución de imagen perdida

Más complejo es intervenir una imagen incompleta. El daño o el faltante, obligan al espectador a fijar la atención sobre el ese punto específico en lugar de concentrarse en la belleza de la imagen en el caso de una obra clásica, o en la intención del autor en una pieza conceptual, quien mira la obra mantiene una lucha interna sobre la solución del problema del faltante, lo cual es un impedimento para la apreciación del trabajo artístico en sí. En ese caso, la labor de investigación se vuelve indispensable para lograr una correcta interpetación y aproximación a la obra de arte. El restaurador debe comprender antes de intervenir, y ofrecer una imagen más completa y lo más cercana posible al original al momento de su conclusión por el artista.